Don Julio y su destilería "La Primavera" nacieron en Atotonilco, en los Altos de Jalisco. 

Su pasión por la tierra, los agaves y el proceso crearon un tequila excepcional, y es la misma devoción y receta que la marca utiliza hoy en día. 

Los métodos de Don Julio no siempre tenían sentido. Trataba a sus agaves como a su familia. Hablaba con ellos, incluso susurraba, y se negaba a tomar atajos. 

No cosechaba por lotes en el campo. En su lugar, sólo elegía los agaves más maduros y listos, cosechando planta por planta, antes de cocerlos lentamente en hornos tradicionales y añejarlos en barricas de roble. 

De hecho, Don Julio fue el primero en envejecer su tequila más allá de las normas establecidas para conseguir un sabor aún más excepcional. Don Julio era increíblemente exigente.  Su legendaria devoción era singular y exigente, pero cada sorbo de su tequila demuestra por qué se comportaba como lo hacía.