Perspectiva - Simple puede ser mejor
Tristán Stephenson en su enfoque de como menos es más en un coctel.
Hace unas semanas fui lo suficientemente afortunado para comer lo que ha podido ser el más increíble bocado de comida en toda mi vida hasta hoy. Usted puede estar preguntándose, que combinaciones de sabor únicas me emocionaron tanto, y de hecho, escribí un artículo al respecto. Bien, no fue el trozo de carne marinado de 72 días. Tampoco el trozo de 80% cacao de chocolate venezolano. Fue de hecho un trozo parcialmente seco de mango. Parecía una oreja, olía muy frutal, pero el sabor era una epifanía. Notas intensas de fruta trocial dieron un aluvión inconcebible de dulzor floral, terminando con revestimiento de nueces, y un final de fruta seca. La textura del mango era increíble también, casi como fuera diseñado para premiar a quien lo comiera basado en que tan fuerte mordiera. Lo que me dejó más emocionado de esta creación fue lo simple de la misma. Este sabor no fue diseñado por un chef, maestro de mezclas o productor(ok, quien lo cultivó juega un papel en todo esto). Mas allá no tenia especias, sazón, infusiones con cualquier otro ingrediente. Nació de la tierra y fue casi inalterada. Ingredientes de coctel - usando creatividad versus añadir más Parece que en estos tiempos un coctel original debe ser compuesto por una única formula de ingredientes exóticos. Una de las razones para este fenómeno es que muchos sabores de cocteles y combinaciones de sabores se han mezclado previamente. ¿Alguien ya lo hizo, así que por qué hacerlo de nuevo?. ¿Martini de manzana? Lo siento- no estoy interesado, ya se ha hecho antes. No obstante la simplicidad de una bebida como un Martini de manzana, desarrollado con un rango de diferentes manzanas, preparado de maneras distintas, puede resultar en algo satisfactorio, complejo e incluso más original que otros cocteles que se hacen llamar innovadores. Piense sobre la mejor manzana que se ha comido, el balance de dulce y acidez y el limpio final que deja en el paladar. Imagine tomar esos elementos (y me refiero a todos) y capturarlos en un vaso de coctel. Quizá no es posible, pero sin duda seria una mejor bebida y un sabor más inteligente que cualquier ingrediente altamente investigado, preparado e incorporado en la bebida final. Tristan Stephenson es el co-propietario de tres bares de cocteles en Londres, también un historiador de cocteles, pionero y modernista en lo que se refiere a técnicas de bartender y científico amateur de sabores.